“Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino”. Cuantas veces hemos cantado esa estrofa en fiestas y posadas cuando llega la hora de romper la piñata, pero alguna vez te has preguntado ¿cuál es su origen?
Una piñata por lo general es una olla de barro o de cartón, o una estructura de alambre cubierta de papel maché, adornada de papel de colores (yo me acuerdo que en mi infancia las hacíamos de con un globo, papel periódico, engrudo hecho con maizena y papel de china) y comúnmente lleva 7 picos que representan los pecados capitales y en su interior contiene frutas, dulces u otros premios, la cual es colgada con una cuerda y desde lo alto es golpeada con un palo.
Las piñatas tienen su origen en China (si, es correcto, estas leyendo bien ¡En china!) en donde se utilizaban para las celebraciones del año nuevo, posteriormente, esta tradición fue llevada por Marco Polo a Italia adaptándose a las festividades de la cuaresma, de Italia paso a España y de España se transmitió a México en donde se popularizaron.
Una vez que llegaron a México fueron utilizadas por los misionarios Agustinos como herramienta de evangelización, los picos representaban los siete pecados capitales, los adornos de oropel, o sea las láminas de latón que imitan el oro, simbolizaban las vanidades y engaños del mundo. La fe está representada por la venda con que se cubren los ojos de los que van a romperla; el palo que utilizan para tal fin, es la fuerza de la virtud que destruye la falsedad y engaños, mientras que el contenido de dulces y frutas representan la verdad y los dones que la naturaleza nos concede como premio de la fe y la perseverancia.
En 1586, Los frailes agustinos recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar las “misas de aguinaldo” que más tarde se convertirían en lo que hoy conocemos como ”posadas”, y fue precisamente en esas misas previas a la navidad donde se incluyo la “piñata” donde origen a la tradición de la piñata moderna. Esta costumbre se extendió rápidamente dentro de la sociedad mexicana a pesar de la desaprobación de la iglesia que veía con malos ojos que durante estas celebraciones hubiera cantos festivos llenos de picardia que devaluaban el sentido solemne y religioso de esta fiesta. El clero prohibió terminantemente las piñatas entre 1788 y 1796, pero ante el escaso éxito que se tuvo para erradicarlas del ánimo popular, la prohibición tuvo que levantarse en 1818.
A pesar de tener sus orígenes en otro país, la piñata es un elemento típico y de los mas representativos de nuestra cultura.
Un saludo y hasta la próxima.
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